viernes, 28 de julio de 2017

"Al calor del verano", de John Katzenbach: explorando la relación entre asesino y confidente

Gracias a Ediciones B, estoy revisando buena parte de la obra de John Katzenbach para Anika entre Libros, cosa de la que estoy encantada. Hoy rescato para el blog su primera novela, Al calor del verano.

Título: Al calor del verano
Título Original: (In the Heat of Summer, 1982)
Autor: John Katzenbach
Editorial: Ediciones B Colección: MAXI,Biblioteca Katzenbach
Copyright:
© John Katzenbach, 1982
© Ediciones B, S.A., 2017
Traducción: Nora Escoms
Edición: 1ª Edición: Marzo 2017
ISBN: 9788490703441
Tapa: Blanda
Etiquetas: películas, psicópatas, sociópatas, asesinos en serie, género negro, misterio, intriga, literatura estadounidense, novela, periodismo, thriller, soldados, opera prima, guerra de Vietnam, periodistas, estrés postraumático
Nº de páginas: 384

Argumento:

  Tras la muerte de una joven, el asesino se pondrá en contacto con un periodista para anunciarle que esta solo es su primera víctima y que quiere que los ciudadanos de Miami sientan un pánico extremo. Cumplirá su amenaza y seguirá matando y llamando a Anderson para alimentar el morbo de sus lectores, mientras el periodista buscará la manera de pararle y descubrir cuál es su motivación oculta. Lo que no sabe Anderson es el coste personal que tendrá para él dejarse enredar en la tela de araña que el llamado Asesino de los Números ha tejido a su alrededor.

Opinión:

  Me encanta que Ediciones B se haya propuesto ir reeditando las antiguas novelas de John Katzenbach. Gracias a esa iniciativa podemos disfrutar ahora de la primera escrita por el autor, publicada originalmente en 1982 y cuya acción tiene lugar en 1975 (y ello es importante tanto por la cercanía de la Guerra de Vietnam como por las alusiones a determinados sucesos históricos que tuvieron lugar en la época, así como por un clima general, muy diferente al de hoy en día).
  "Al calor del verano" es una estupendísima obra prima que abrió a Katzenbach (y con razón) las puertas del reconocimiento literario aunque es cierto que se nota una cierta... no sé si llamarlo inocencia pero sí, desde luego, una mayor simpleza en la trama y en la configuración psicológica de los personajes. Con esto no quiero decir que la trama no sea compleja ni que los personajes sean planos. Nada de eso. Lo que quiero decir es que Katzenbach ha ido creciendo como escritor con cada una de sus novelas y las últimas tienen un nivel de elaboración, introspección y reflexión que he percibido en menor medida en este estreno literario.
  Sea como fuere, el autor afila ya sus mejores armas en esta primera novela: la inmersión en el mundo del periodismo, un psicópata que no mata por matar sino que tiene razones para hacerlo y un hilo conductor (en este caso un periodista, que ejerce de protagonista y narrador en primera persona) que tiene sus propios conflictos morales y personales.
  Como luego haría en "Juicio final", Katzenbach echa mano de su oficio (fue periodista especializado en tribunales de un periódico de Miami) para ofrecernos una trama francamente atractiva y lo que (al menos para mí, que soy periodista) es más importante: una reflexión sobre los límites del periodista y del periodismo, sobre las difusas fronteras entre la obligación de informar, el derecho a la información y el puro morbo; el papel social de los medios de comunicación; el poder que consigue la prensa ocultando o publicando determinadas informaciones; la colaboración de los medios con la policía en la resolución de casos criminales; si debe primar la información al ciudadano o la captura del asesino; la espectacularidad que ya de por sí añaden los mass-media a cualquier suceso criminal (simplemente, por ejemplo, poniendo nombre a un asesino, como ocurre aquí, al que la prensa bautiza como "el asesino de los números" porque va numerando a sus víctimas y dejando un papel en ellas con el número que ocupan en su particular carrera asesina); la repercusión de ciertas noticias en la población en general (si un enfoque, por ejemplo, sirve para provocar una oleada de pánico o para calmar los ánimos), etcétera, etcétera, etcétera.
  Pero lo mejor es que todas estas reflexión (muchas de la cuales aparecen explícitamente en la novela en boca o bien del narrador y protagonista o de sus diálogos con su jefe de redacción, la policía u otros personajes secundarios) no nos desvían de la preocupación principal del lector: ¿quién es el asesino de los números y por qué está matando a gente tan dispar (una joven, una madre con una hija, dos ancianos...) e inocente?
  Ese es uno de los grandes temas de la novela: cualquiera puede ser víctima de un lunático como el asesino de este libro. Nadie está a salvo y ni quiera nuestra conciencia limpia nos pone a salvo de muertes como las que se describen en "Al calor del verano".
  Esa falta de culpabilidad por parte de las víctimas enfada y preocupa a los ciudadanos de Miami pero, además, ayuda a sembrar el terror entre ellos. Y eso es justo lo que quiere el asesino: que padezcan el mayor de los pavores, que vivan una situación de pánico extremo, como la que pueden experimentar los soldados que participan en una guerra.
   Y ahí hay otro de los grandes temas de la novela: la guerra y sus consecuencias para quienes intervienen en ella. Desde el shock de matar a sangre fría hasta el estrés postraumático, Katzenbach ahonda en la psique del soldado para ofrecernos una reflexión profunda y concienzuda sobre lo que cualquier enfrentamiento bélico puede llegar a causar en las mentes de quienes participan en ellos. Más allá de los intereses sociales, políticos, económicos o de cualquier índole que desencadenan una guerra, el autor baja a lo concreto, a quienes han de ejecutar órdenes, a quienes han de matar a gente que no les ha hecho nada, a quienes, en realidad, son tan víctimas como quienes resultan muertos.
   Katzenbach recurre en esta novela a un recurso que hemos visto en otras muchas obras literarias, cinematográficas e, incluso, en la realidad: el asesino se pone en contacto con un periodista para ir dando cuenta de los crímenes que va cometiendo. Creo que los diálogos entre Anderson y el criminal son intensos y están francamente logrados y me ha gustado mucho cómo uno y otro se retratan en estas conversaciones. Además, la relación personal que el periodista establece con el asesino le cambia, transforma su perspectiva sobre muchas verdades universales en las que él creía ciegamente y le hace ver que no siempre las cosas son como él pensaba. Al mismo que tiempo que, obviamente, también cambia sus circunstancia vitales y la que había sido su vida cotidiana hasta el momento.
  En definitiva, una obra intensa y reflexiva en la que ya podemos ver el estilo cuidado y aparentemente sencillo de Katzenbach, que nos pone frente a temas la mar de interesantes y que fue llevada al cine en 1985 gracias a una película titulada "Noticias escritas con sangre" y protagonizada por Kurt Russell, Mariel Hemingway y Andy García.
    Enlace a la reseña original.
   Nos seguimos leyendo.

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